La Amistad

Es hora de partir amiga, me dice Bel tenemos que seguir nuestros caminos, ya nos volvernos a encontrar.

Me quedo contenta, con el corazón liviano, pensando en todo lo conversado, en lo que es la verdadera amistad, tan distinta al conocido de fiesta y alegrías, o de la persona por la que sientes simpatía.

 Eres amigo de alguien cuando estas para escucharlos y eres capaz de llamarlo para que te escuche, ahí está la confianza.

Eres amigo de alguien cuando te alegras de sus logros y èl( ella) se alegra de los tuyos.

Es cuando no tienes miedo de hablar con la verdad, y te hablan con la verdad aunque esta no sea grata. Es no tener que ocultar.

Esta verdad dicha con respeto, sin confundir la franqueza con la ofensa.

Es cuando te manifiestan con ese respeto su desacuerdo si eso corresponde con la decisión a tomar, pero una vez tomada se respeta en silencio, aun cuando no se está de acuerdo.

Un amigo no cuestiona, te escucha y sabe callar cuando corresponde.

Sabe dar un abrazo grande y fraterno, con solidaridad, sin aprisionar ni ahogar.

Un amigo es cuando uno acepta y te aceptan, que se entiende que no somos perfectos, y comentemos errores. Pero sabemos dar la cara y pedir y aceptar una disculpa con amor.

Es  un respeto mutuo, es Generosidad, es AMOR

Entendí y agradezco que he sido muy afortunada por tener grandes amigos, he sufrido algunas desilusiones que han destruido parte mi corazón.

Cuando una se pierde a un amigo queda un espacio, una  perforación que no puede reemplazar otro amigo, cada amigo(a) tiene un especio especial y único, que es solo para él o ella, por cada uno es especial y único.

Alzo mis brazos al cielo y agradezco por todos mis amigos, los que están conmigo y los que ya no están, todos forman parte de lo que soy hoy, y siempre estarán conmigo

LOS QUIERO!!!

Gabriela Mistral

Dame la mano

Dame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás.
Como una sola flor seremos,
como una flor, y nada más...

El mismo verso cantaremos,
al mismo paso bailarás.
Como una espiga ondularemos,
como una espiga, y nada más.

Te llamas Rosa y yo Esperanza;
pero tu nombre olvidarás,
porque seremos una danza
en la colina y nada más...