Un nuevo amanecer

Siento la caricia de los primeros rayos de sol, que no logran ahuyentar al frio aire matutino, inspiro ….. Siento aromas especiales, roció en el pasto, alguna hoja seca. Aspiro….. siento la libertad.

 Aun con mis ojos cerrados… sonrió. Primera etapa de este camino cumplida

Lentamente me estiro… mmmm, dejo que la mañana entre en mi jajajajaja soy una gatita.

 Abro los ojos y veo un cielo limpio, azul y luminoso, vuelvo la cabeza y el verde mezclado con el gris de la roca se presentan frente a mi….  me  siento viva.

Es hora de empezar la exploración, hoy es un día especial, el primero de mi misión en la primera cima.

Llego  a una pequeña laguna, tal como me habían dicho.

Hora de la purificación, fuera las ropas, sucias y arrugadas. Hoy comienzo una nueva etapa, levanto los ojos y brazos al cielo. Agradezco  esta nueva oportunidad.

Lentamente voy entrando en el agua, esta helada, siento como agujas se clavan en mi piel desnuda- De un brinco salto y me sumerjo, siento mil pinchazos en mi piel, que hablan de antiguos dolores,  la sangre se dispara por mis venas, corre como pequeñas y laboriosas hormigas reparando posibles daños  

Siento el agua. Soy la laguna. Soy una sirena. Nado, giro, gozo.  Me alivio, me limpio, de sano.   Respiro … escucho ….. Sonidos,… trinos, agua que corre, hojas que susurran y caen,  agua que gotea de mi cuerpo, el sonido de mi corazón…

Salgo del agua, me siento limpia, liviana, nueva …. Me quedo asi....... desnuda, esperando que el nuevo sol y el viento hagan su tarea y seque mi cuerpo.

Un canario canta su canción,  parece tener su mirada en mi, emprende  vuelo y se posa en la base de un viejo árbol, camino hacia él y ahí está!!!, en papel de arroz la que sè será la primera  de tres túnica. Una para cada etapa.

 Esta, la primera, es de un pálido  amarillo, que parece querer imitar al amanecer…

Tengo tareas que cumplir y es hora de comenzar ….

Salvaje   

Bebo el agua limpia y clara del arroyo
y vago por los campos teniendo por apoyo
un gajo de algarrobo liso, fuerte y pulido
que en sus ramas sostuvo la dulzura de un nido.

Así paso los días, morena y descuidada,
sobre la suave alfombra de la grama aromada.
Comiendo de la carne jugosa de las fresas
o en busca de fragantes racimos de frambuesas.

Mi cuerpo está impregnado del aroma ardoroso
de los pastos maduros. Mi cabello sombroso
esparce, al destrenzarlo, olor a sol y a heno,
a savia, a yerbabuena y a flores de centeno.

¡Soy libre, sana, alegre, juvenil y morena,
cual si fuera la diosa del trigo y de la avena!
¡Soy casta como Diana
y huelo a hierba clara nacida en la mañana
!
JUANA DE IBARBOUROU