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jueves, 28 de julio de 2011

Infancia II – El Regreso con Papelucho



Despierto asustada y muy confundida, miro el reloj, son las 5 de la mañana, mi hermana duerme a mi lado.
Me pareció soñar que era grande, miro misma manos y son pequeñas, me miro a un espejo y soy yo, una niña.
Estoy muy confundida, es como si el pasado, presente y futuro se mezcla en mi cabeza, el corazón se me aprieta. 
Mi hermana duerme.
Respiro,,,,, otra vez.
Me siento muy inquieta, cosas pasan por mi cabeza y no sé qué son.

No debo meter ruido. Por suerte es viernes, y no tengo que ir al colegio

Sonrió mi hermanita está empezando a ir a colegio la miro, es muy linda y chiquita.
¿Qué hago?
Pequeños rayos de sol se filtran por la ventana. Me levanto muy despacio, muy lentamente me asomo a la ventana. El durazno ya tiene flores, que lindas son esas flores,  me parece sentir el aroma, ¡que bien se siente!.


Miro hacia mi cama y sonrió, en el velador unos papeluchos, eso hare, leeré, me gusta leer.
A mi hermana no le gusta, pero si que yo le lea, porque pongo voces, su cuento preferido es “Mickey aprendiz de brujo”
Prefiero los papeluchos un día le escribiré a Marcela Paz su escritora.
Mis preferidos, “Papelucho y mi hermana Ji”, “papelucho historiador”, “papelucho mi hermano hippie”.
Los he leído todos, a veces me gusta leerlos varias veces y otras solo las partes que más me gustan. Ahora leere las partes más divertidas para dormirme contenta.



Mis segmentos favoritos de Papelucho


Papelucho y mi hermana Ji
“Antes, cuando era chico yo quería tener una hermana menor, para poder mandarla. Pero ahora que la tengo, me arrepiento.
Resulta que en vez de poderla mandar, tengo que llevarme todo el día haciéndola aparecer. Porque mi hermana ji es lo más desaparecida que hay, y también es creída. Y cuando no se cree la caperucita roja, se cree la bella durmiente y estrepitosamente se desaparece. Entonces a la mamá ni siquiera le importa que yo tal vez voy a hacer una tarea, sino que me implora que la busque.
Que la busque la Domi digo. Nunca la encuentra ... por favor papelucho, que voy a enloquecer. Es que iba a hacer las tareas.”

“Yo me sentí feliz de ver que uno puede ayudar a la madre de uno, pero a la ji le dio conmigo. Mientras comía los porotos me decía que yo era un ogro y que cada porto era un niñito y yo me los comía con camiseta y todo. Ella ni los probó, y entonces le trajeron un huevo a la copa.
Y eso es lo que la mamá no se da cuenta, que le da el gusto en todo. Así que yo le dije a la ji:
-Si los porotos son niñitos, tu huevo es una princesa rubia y tú eres la mala bruja que se la va a comer.
-Y para que veas que no soy una bruja, pongo a mi princesita en las flores y dicho y hecho, vació el huevo en el florero del comedor.

La mamá se enojó mucho y me reto. ¡Papelucho, ya dejaste a la niña sin comer!”



Papelucho Historiador

“Me acuerdo aún cuando nos explicó que la Tierra era redonda. Nos mostró una naranja para decirnos que era de esa clase de redondez y a mí me dieron unas ganas enormes de comerme un pedazo de mundo, entonces paré mi dedo para preguntar algo que no entendía y la señorita me dijo que me acercara. Yo en realidad sólo quería saber si era de verdad o de goma aunque, hace un año no comía naranjas. Sentía que se me reventaba la hiel, hice algunas preguntas tontas que la profesora me explicó varias veces. Me explicó también eso del imán pero, eso ya lo sabía y además lo estaba sintiendo muy fuerte ahí, con la naranja . La señorita me pasó la naranja para que entendiera mejor, sentí una cosa rara y la mordí. La señorita me dio un solo tirón, la naranja estaba muy agria en realidad, ella estaba roja de enojada. Ahora sí entendí que la Tierra era redonda y lo del imán también.”
LA CONQUISTA:
. De tanto pensar en los indios, por fin conseguí ser un indio de verdad, y mientras duermo soy un araucano.
Porque sueño todas las noches en indio y mi vida de indio es mejor que la otra.
Porque los indios no tienen obligación de lavarse los dientes ni bañarse, ni andar limpios ni cambiar camisa.
Soy muy feliz siendo hijo de indios araucanos. Mi padre es toqui y es el que manda la tribu y la mamá es su esposa y yo soy el único hijo.
Nosotros los indios vivimos tan felices matando pumas y pájaros.
Las guerras entre indios eran como partidos de fútbol. A veces ganaban unos, a veces otros



PAPELUCHO Y MI HERMANO HIPPIE
“¡No puedo soportarlo!- clamó el papá tirándose las mechas! ¡ Un hijo mío hippie... ¡- y dio un puñete en la mesa. Tuvo que chaparse los dedos y por el dolor y también para enredar los garabatos que le arrancaba ese dolor.
Javier venia llegando de vacaciones. Traía el pelo largo y crespito, un cinturón a lo indio, pantalón verde con lagartijas blancas y en lugar de camisa, una cadena de laboratorio de la que colgaba una estrella de mar que se enredaba en unos pelos colorines que le habían salido en el pecho. En lugar de zapatos sus patas gordas y casposas se agrandaban silenciosas en el suelo y cada uña de los dedos de los pies tenía pegado un caracol y algún color cataclíptico.
Yo no me convencía bien de que era él el mismo Javier – cadete de marina, hermano mío.”

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