Capacitación – Amistad

Me dicen que ya pronto acaba mi capacitación volveré a mi “realidad”, lentamente  los detalles se irán borrando de mi mente, más la enseñanzas permanecerán en mi corazón.

En español existen muy pocas palabras para expresar lo que entendemos por amistad.

Para mí un amigo es un hermano, es alguien que te acepta y te quiere como eres y sobre todo mis y sus obras son las que demuestran nuestra amistad.

“Obras son amores y no razones”

En la vida nos encontramos con muchas personas a las que llamamos amigos(as), es común en que a veces la amistad va solo de un solo lado, es decir uno siente una amistad sincera  y fuerte y el otro es sólo un receptor.

En este viaje he sido testigo de distintas formas de amistad, desde quienes en palabras han sido mis amigos(as), palabras valiosas que me han ayudado mucho en mi crecimiento, pero ese es su aporte en su vida, conocer un punto de vista distinto,  han sido generosos con sus opiniones, si eso no interviene en otros aspectos de su vida, pero no les puedo pedir un sacrificio mayor.

Otras que al verme en un apuro abrieron su casa  y cambiaron su rutina, para hacer un viaje más grato.

Otras que se dieron sus “escapadas” para compartir conmigo un abrazo, escucharme y compartir conmigo no solo un café sino parte de su vida y sobre todo su afecto.

Hay amigos(as) con las que puedes conversar, peor no esperes nada más. Amigos(as) muy buena onda por salir pero no esperes que estén para escucharte.

Hay amigos(as) que te cambian la vida, aunque no estén físicamente cerca, su presencia te da alegrías, sus abrazos calman tu dolores, esos son los que te domesticaron y son responsables de ti y tú de ellos.

Una llamada o un mail te pueden alegrar un día.

Amigos(as) que a pesar de la distancia y los cambios de vida, nos damos el tiempo para estar pendientes del otro.

Y queda una tarea para otro capacitación, ¿se puede tener una relación amorosa con alguien que no sea tu amigo?

Lo que si me quedo como conclusión a firme es que sin conocimiento del otro no hay amistad, sin aceptación su ser interno. Y sobre todo una de las bases fundamentales de la amistad es la confianza y el respeto.

EL MAÑUNGO

Letra: Tito Fernández.
Música: Anónimo.

¿Conocieron al Mañungo?
seguramente que no.
Era un "cabro" de mi barrio,
que, en mi época de niño,
conocí en una "pichanga"
que jugábamos, un día,
con los "cabros" de la cuadra
que está detrás de la mía.

Parecía siempre enfermo
porque tosía y tosía,
y por eso en la "pichanga"
casi nunca lo ponían.
Decían que era muy flaco,
que p'a chutear no servía
y que si alguien lo "trancaba",
no aguantaba y se caía.

Nunca fue amigo de nadie,
porque nadie lo quería,
y cuando después de clases
armábamos la "partida",
él se quedaba mirando,
desde afuera de la cancha,
esperando la "revancha"
para ver si lo "ponían".

Yo parece que lo veo
mirándonos "pichanguear",
con las manos a la espalda
su pena disimulaba,
aunque a veces no aguantaba
y, casi a punto de llorar,
miraba como diciendo:
"yo también quiero jugar".

Era "derecho" el Mañungo
y el día que me "agarré"
fue el único que a mi lado,
a "puñete" y puntapiés,
me defendió como pudo
y aguantó mejor que yo
la paliza que nos dieron,
entre todos, a los dos.

Perdonen si les aburro
contándoles estas cosas,
pero amigo como aquel
no he vuelto a tener jamás,
fue por eso que lloré,
como hombre que era, y que soy,
el día que, para siempre,
se lo llevó aquella tos.

El Mañungo fue mi amigo
y por eso lo recuerdo,
si a veces casi lo veo,
cuando me pongo a pensar.
allá afuera de la cancha,
su pena disimulada,
diciendo con la mirada
y casi a punto de llorar:
¿muchachos, qué es lo que pasa?
Yo también quiero jugar.