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martes, 26 de febrero de 2013

Los Aromas del Amor - Nadie


 
 
Una hechicera es siempre una hechicera, eso es dogma. Sigo siendo una hechicera, pero una hechicera con poca magia.

Aún poseo el maravilloso regalo de mis alas de dragón no se despliegan para llevarme a su mundo. Mis alas de hadas se agotaron, eso dicen los expertos, volé muy rápido y demasiado alto.

Mis fuerzas me han abandonado, mi cuerpo ya no responde, hasta las fórmulas de mis pociones se mezclan en mi cabeza, no puedo ir al amado taller.

Mi escoba, mi compañera, está colgada como un adorno más en mi pared, su visión me recuerda las ráfagas de viento acariciando mi cuerpo, la emoción de lo nuevo, la ilusión y asombro frente a nuevos paisajes, nuevas personas, las batallas, las fiestas … mi vida.


Ahora, dolores que atraviesan mis músculos como grandes descargas eléctricas, rayos que dejan solo devastación. Buscando trucos de movimientos y este difícil prueba ataca mis ganglios, el colón y otras para limitar mis movimientos, dejándome tirada con lágrimas que me niego a dejar salir y quedan apretadas en mi garganta. Llorar de nada sirve, demasiadas lagrimas he derramado ya.



Han sido tanto los magos, hechiceras, curanderos y muchísimos expertos que  he visitado, conclusión estoy crónicamente agotada, lleve mi magia y mi cuerpo mortal más allá de lo aconsejable. Soy apasionada, no sé, no puedo vivir “moderadamente”, no puedo ver algo incorrecto y seguir de largo, no se y no quiero callar ante una injusticia, odio la mentira y aunque sea con las pocas fuerzas que tengo gritare mi verdad.

Sentencia, quedarme en mi hogar, sólo salir a las sesión de curación. Dicen que tengo suerte, las hadas que se interponen tanto frente al mal caen muertas, la falta de amor mata, he visto hadas convertirse en flores y sirenas en espuma de mar. En algún momento lo sentí injusto ahora pienso que quizás fueron afortunadas.

Me ha salvado el amor, si se puede decir salvar a quedarme en este cuerpo mortal y limitado, me sorprende que tanta gente que no quiera dejarme marchar, han levantado mi cabeza y ha vertido elixir en mis labios y afectuosas palabras en mis oídos.

Fui una hechicera valiente, osada, aventurera, exitosa en sus talleres, ávida de aprender, dichosa de enseñar, ame a cada uno de los aprendices que se acercaron a mí, dichosa de poder ayudar, orgullosa de sus éxitos.

¿Qué soy hoy? … ¿qué tengo?


Un hogar al que ha sido invadido de magos, hadas, duendes, hechiceras, ardillitas, pajaritos, renovando,  limpiando mi nuevo refugio. Veo como todo se transforma los colores, los espacios, mis flores se esfuerzan en estar más bella. Es por ello que sigo esforzándome, la imagen de lo que fui les da tranquilidad, algunas ya han sufrido bastante, no seré yo quien conscientemente cause alguno más.

No sé si a los demás les pasa, pero a mi es más difícil recibir que dar. Quizás sea soberbia, pero el recibir me hace sentir más limitada, frágil, inútil, que otros sacrifiquen su tiempo por cosas que yo debería y podía hacer sola.



¿Qué me queda para dar? Mi corazón ya cansado, herido, mis abrazos y besos, palabras de aliento, pero sólo a quien se acerque a mí, ya no puedo ir a ellos.

Se me ha dado la fortuna, dado mi encierro, de devolver parte de las atenciones recibidas de una de las más grandes hechiceras conocidas por mí, a quien jamás seré capaz devolver todo lo que me dio en mis momentos difíciles. Ahora tengo la oportunidad, con ayuda de más esta de decirlo, de cuidarla en su avanzada edad. Su cuerpo más ahora más limitado que él mío. ¿Cuántas veces tomo mi mano y partimos juntas a aventuras especiales, allá, muy cerca del cielo, donde casi tocamos las estrellas? ¿este viaje también lo haremos juntas?

Muchas veces en estos días me he acordado de una de las personas más especiales que he conocido que me dijo que no era nadie, cuando para mí era un todo para mí y para otros. Decía ser nadie y paro mi caída libre, mi caída igual paso, pero más suave planeando. Todos los días me acuerdo, al comprender que quien no era nadie era yo, soy yo. De mis logros como hechicera, de mis talleres, de mis aprendices, de mis viajes, de mis sueños nada queda, nada para nadie.

¿Qué es uno? ¿Cómo te defines? ¿Por lo que haces? ¿Por cómo te ven los demás? ¿Quiénes son los demás?.

Hoy no soy nadie, pero en algún momento fui algo y gracias a algo de lo que fui mi corazón ha recibido el bálsamo traido por unas hermosas y risueñas ardillitas, hadas fabulosas que han revuelto todo a mi alrededor, hechiceras y magos que siguen pinchándome, y preparándome pociones, por las palomas mensajeras que me sigan llegando.


Mi hermosa abuelita que me balbucea un gracias, los besitos que reparte a sus bisnietas, las flores del jardín con sus respectivas hadas que alegran los días.

Mi fiel Atenea, fui revolucionara y acerté, en lugar de un gato negro tengo una perrita color caramelo, cariñosa, fiel, inteligente, leal.


No sé lo que es ser alguien, sólo se lo que no soy, y lo que ahora me gustaría ser bruma de mar, nubes, vapor, cenizas que vuelen libres, borrando dolores, dando una última caricia a tantos amados y continuar viaje.

Soy un corazón que lucho, se dio sin medida, vivió amo, gano y perdió, hoy está cansado, muy cansado.

 

MORIR DE AMOR

Miguel Bosé

 

¿Qué es morir de amor
Morir de amor por dentro?
Es quedarme sin tu luz
Es perderte en un momento...
¿Cómo puedo yo decirte que lo siento ?
Que tu ausencia es mi dolor
Que yo sin tu amor me muero
Morir de amor
Despacio y en silencio sin saber…
Si todo lo que he dado te llegó… a tiempo
Morir de amor
Que no morirse solo en desamor...
Y no tener un nombre que decirle al viento
Yo no sé muy bien… que es lo que está pasando
Tengo seco el corazón
Y es de haber llorado tanto...
No me quedan más...
Que dos o tres recuerdos
Una carta , alguna flor...
Un adiós muy corto y un te quiero...
(Repite Estribillo 2 ½ veces).

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