Mi primera salida es al pueblo
de Llagostera, donde me llevo la primera sorpresa, siempre pensé que hablaba
español. Ahora resulta que lo que hablo es castellano, acá la gente habla
en Catalán un idioma hermoso y romántico que suena parecido al francés pero que
no entiendo nada. Mas todos gentiles y me hablan en mi idioma, cuando ven mi cara de confusión.
Recibo mi primera lección no
importan los idiomas el lenguaje del afecto, o el “agape” expresión que usaba
el maestro Jesús, no tiene más lengua
que la voluntad de entendernos.
Llego
al castillo de Llagostera que me ofrece una visión maravillosa del valle, árboles, el viento que me acaricia. Miro esta tierra de un color tan distinta a
la mía, esas casas bajas, calles estrechas.
A mi
lado lo que queda de este castillo que esta acá desde 1288 y me habla de
invasiones, guerras, muertes. Paredes que fueron hechas para defender.
Defender
a un ser humano de otro ser humano.
Nos
falta mucho “agape” , tantos siglos y aún nos falta tanto por aprender.
Bienaventurados
este pueblo que mantiene sus raíces, siento nostalgia, en mi patria cada vez
nos quedamos con menos muestras arquitectonicas de nuestra historia, la naturaleza lo quiere así.
BIENAVENTURADOS
Interprete:
Joan Manuel Serrat
La vida
te la dan
pero no te la regalan.
La vida se paga
por más que te pene.
Así ha sido desde que Dios
echó al hombre del Edén,
por confundir lo que está bien
con lo que le conviene.
Si a plazos o al contado
la vida pasa factura,
rebaña y apura
hasta las migajas.
Que si en cada alegría
hay una amargura,
todo infortunio esconde
alguna ventaja.
Bienaventurados los necios que se arriesgan a prestar consejos
porque serán sabios a costa de los errores ajenos.
Bienaventurados los pobres porque saben, con certeza,
que no ha de quererles nadie por sus riquezas.
Bienaventurados los adictos a emociones fuertes
porque corren buenos tiempos para la gente marchosa.
Bienaventurados los dueños del poder y la gloria
porque pueden informarnos de qué va la cosa.
Bienaventurados los que alcanzan la cima
porque será cuesta abajo el resto del camino.
Bienaventurados los que catan el fracaso
porque reconocerán a sus amigos.
En cualquier circunstancia
por lastimosa que sea,
busca la manera
de comer perdices;
que a pesar de lo alto que
nos coloquen el listón,
hay que brincar
con la intención
de ser felices.
Bienaventurados los castos porque tienen la gracia divina
y la ocasión de dejar de serlo a la vuelta de la esquina.
Bienaventurados los que aman porque tienen a su alcance
más de un cincuenta por ciento de un gran romance.
Bienaventurados los que están en el fondo del pozo
porque de ahí en adelante sólo cabe ir mejorando.
Bienaventurados los que presumen de sus redaños
porque tendrán ocasiones para demostrarlo.
Bienaventurados los que contrajeron deudas
porque alguna vez alguien hizo algo por ellos.
Bienaventurados los que lo tienen claro
porque de ellos es el reino de los ciegos.
pero no te la regalan.
La vida se paga
por más que te pene.
Así ha sido desde que Dios
echó al hombre del Edén,
por confundir lo que está bien
con lo que le conviene.
Si a plazos o al contado
la vida pasa factura,
rebaña y apura
hasta las migajas.
Que si en cada alegría
hay una amargura,
todo infortunio esconde
alguna ventaja.
Bienaventurados los necios que se arriesgan a prestar consejos
porque serán sabios a costa de los errores ajenos.
Bienaventurados los pobres porque saben, con certeza,
que no ha de quererles nadie por sus riquezas.
Bienaventurados los adictos a emociones fuertes
porque corren buenos tiempos para la gente marchosa.
Bienaventurados los dueños del poder y la gloria
porque pueden informarnos de qué va la cosa.
Bienaventurados los que alcanzan la cima
porque será cuesta abajo el resto del camino.
Bienaventurados los que catan el fracaso
porque reconocerán a sus amigos.
En cualquier circunstancia
por lastimosa que sea,
busca la manera
de comer perdices;
que a pesar de lo alto que
nos coloquen el listón,
hay que brincar
con la intención
de ser felices.
Bienaventurados los castos porque tienen la gracia divina
y la ocasión de dejar de serlo a la vuelta de la esquina.
Bienaventurados los que aman porque tienen a su alcance
más de un cincuenta por ciento de un gran romance.
Bienaventurados los que están en el fondo del pozo
porque de ahí en adelante sólo cabe ir mejorando.
Bienaventurados los que presumen de sus redaños
porque tendrán ocasiones para demostrarlo.
Bienaventurados los que contrajeron deudas
porque alguna vez alguien hizo algo por ellos.
Bienaventurados los que lo tienen claro
porque de ellos es el reino de los ciegos.
Hermoso paseo comparti, elvideo muy bueno. Un abrazo
ResponderEliminarGracias, son lugares maravillosos
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