Acostada en mí cama blanca siento me toman de mis manos, me siento flotar en el aire, suave etérea, miro a mis lado ángeles que me custodian. Estoy soñando lo sé, pero es un sueño hermoso, me siento en paz.
Volamos y volamos, por sobre mi amada cordillera.
La nieve cae despacio, suave, parece flotar, paso sobre un lugar, ¡son las Termas del Flaco!!!, lugar de visitado en mi infancia, pese a la nieve siento el calor que me inunda, y me veo con colores.
Vivelo – escucho en mi mente - ¿Qué es sueño? ¿qué es realidad?.
Siento la nieve, son pequeñas plumitas, blancas, inmaculadas, no pesan, pero junta forman una capa.
Como las buenas acciones a veces no se notan, parecen inútiles, pero juntas pueden cubrir una montaña.
Me veo subiendo. Sonrió, otra vez subiendo una montaña. Voy feliz, ¡es mi cordillera!!!
Ya no nieva, pero el camino es hermoso.
Còmo siempre no voy sola, un par de angeles me acompañan
Llego a la cumbre, donde antaño estuvieron dinosaurios, muchos, muchos miles de años atrás. ¿Que importara lo que me agobia en miles de años más? ¿Qué es lo que trasciende? ¿Qué es lo importante? ¿Quiénes perduraron en la historia? Me viene a la cabeza Jesús, que solo trascendió con la verdad, la palabra y el amor.
Me acuerdo del Rey David, que trato de ser justo y supo abandonar en vez de pelear, en el momento que debió hacerlo.
Siento la nieve, me acuesto sobre ella, soy la nieve, limpia, libre
Siento el aire, siento la vida, siento al Creador, agradezco tener, salud, vida, familia, gente que me quiere, agradezco estar viva.
Y es hora de emprender el regreso y de despertar de este sueño
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