Últimamente son muchos los paseos que doy, necesito caminar, mientras mis pies se mueven a veces sin dirección definida las ideas vienen a mi mente, los recuerdos, esa parte mía que quiere seguir en la lucha acude con más fuerza.
Llega a mi lado una blanca paloma y me cuenta que mi abuelita está enferma, “la mami” como le digo.
Me quedo en silencio, no sé qué decir, la mami tiene 93 años, hace mucho que una parte de ella partió, la que está con nosotros es su cuerpo y solo una parte de su espíritu, ella ha ido partiendo de a poco, con nosotras esta la niña que fue, un ser frágil, tierno, que pide permiso para ir a dormir.
La mujer orgullosa, que me enseño con su ejemplo lo que es ser digna, que con una mirada bastaba firme pero no dura, sino digna, infundía respeto. Si hubiera una palabra para describirla sería “una dama”.
La primera persona y la única por mucho tiempo por la que me sentí amada, ella siempre me acepto, he aprendido que eso es el amor, aceptar al otro como es, sin querer cambiarlo.
Cuando otros me criticaban o trabajan de “corregirme “ ella me acogía sin palabras, solo invitándome a sus viajes a ver a su hermana o a su mes de vacaciones, si era inquieta me pedía “ayuda” con algunas cosas, como que “le sacara puntos de las revistas”. Ella tejía maravilloso y durante años me tuvo convencida que me necesita para sacar los puntos, Ella la que me enseño a tomar un palillo y un crochet.
En el bosque oscuro que estoy atravesando recién me doy cuenta que lo que me ha mantenido en pie es l parte de ella que vive en mi. Son ella y la Luchita las que me enseñaron que no importa lo que pase levante la cabeza me pinte y una sonrisa y salga adelante.
Cuando me pregunta cómo se me ve sonriente si digo sentirme mal, ahora recuerdo que solo ahora he visto llorar a la mami, ahora que es una niña en cuerpo de anciana, ahora que me abraza y me dice que me quiere mucho, aunque no sepa quién soy. Ella me enseño que no importa como uno se sienta, frente al mundo uno sale derechita, con la mirada al frente y una sonrisa en la cara.
Ahora la veo que con lágrimas en los ojos me pregunta “¿Por qué Dios nos hará vivir tanto?
Y no sé porque tenemos que permanecer en este cuerpo si nuestro espíritu quiere partir.
Y tampoco sé porque me duele tanto pensar en que mi mami puede dejar su cuerpo si hace tanto que quiere partir.
ASI NACEMOS
Intérprete: Julio Iglesias
Con los ojos cerrados,
con los ojos cerrados,
como presintiendo
que horrible es el mundo que vamos a ver...
Con el llanto en los labios,
con el llanto en los labios
como lamentando
llegar a una tierra que buena no es...
Así nacemos,
así nacemos,
así nacemos,
yo, tú, ese y aquél.
Así nacemos,
así nacemos,
así nacemos,
yo, tú, ese y aquél.
Con las manos cerradas,
con las manos cerradas,
como preparados
a dar duros golpes; morir o vencer...
Con la piel arrugada,
con la piel arrugada,
como fiel presagio
del día que llegue la dura vejez.
Así nacemos,
así nacemos,
así nacemos,
yo, tú, ese y aquél.
Así nacemos,
así nacemos,
así nacemos,
yo, tú, ese y aquél.
Amarrados a un cuerpo,
amarrados a un cuerpo,
para que sepamos
que el hombre no puede a su antojo correr.
Arañando y buscando,
arañando y buscando,
la leche de un pecho,
con hambre, con ansias, con llanto y con sed.
Así nacemos,
así nacemos,
así nacemos,
yo, tú, ese y aquél.
Así nacemos,
así nacemos,
así nacemos,
yo, tú, ese y aquél.
con los ojos cerrados,
como presintiendo
que horrible es el mundo que vamos a ver...
Con el llanto en los labios,
con el llanto en los labios
como lamentando
llegar a una tierra que buena no es...
Así nacemos,
así nacemos,
así nacemos,
yo, tú, ese y aquél.
Así nacemos,
así nacemos,
así nacemos,
yo, tú, ese y aquél.
Con las manos cerradas,
con las manos cerradas,
como preparados
a dar duros golpes; morir o vencer...
Con la piel arrugada,
con la piel arrugada,
como fiel presagio
del día que llegue la dura vejez.
Así nacemos,
así nacemos,
así nacemos,
yo, tú, ese y aquél.
Así nacemos,
así nacemos,
así nacemos,
yo, tú, ese y aquél.
Amarrados a un cuerpo,
amarrados a un cuerpo,
para que sepamos
que el hombre no puede a su antojo correr.
Arañando y buscando,
arañando y buscando,
la leche de un pecho,
con hambre, con ansias, con llanto y con sed.
Así nacemos,
así nacemos,
así nacemos,
yo, tú, ese y aquél.
Así nacemos,
así nacemos,
así nacemos,
yo, tú, ese y aquél.
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