Fantasía II – El despertar

Me quedo un rato, solo sintiendo la suavidad de mi cama, disfrutando del solo hecho de despertar, lentamente voy escuchando sonidos, el canto de un pájaro y percibo la luz del sol que se filtra por la ventana.

Me levanto y empiezo a recorrer la casa, estoy sola pero me invade una gran paz, en la cocina me espera un desayuno servido, sonrió, es un bello gesto de afecto.

Después de un refrescante baño que parece llevarse todas mis penas y preocupaciones, decido a salir a pasear al jardín.

Mientras observo unas grandes y hermosas flores que perfuman con su aroma y alegran la vista, pienso en cuantas veces pase al lado de una flor sin mirarla ni agradecer que alegre mi vida.

Siento los rayos de sol que acarician mi cuerpo y calientan mi alma, y me da cuenta que no importa lo que pase, el sol siempre sale, a veces no se ve porque está oculto tras unas nubes, pero ahí está regalando vida.

Frente a mí  un hombre de luz  me observa y con una voz que reboza ternura, tal como se le habla a un niño, escucho

Hechi es mucho el camino que te falta por recorrer, lo que hemos partido es porque tuvimos nuestras tareas cumplidas. Y creo querida amiga que tienes cosas pendientes.

Desaparece de mi vista.

Sigo caminando en medio de este bello paisaje, pensando en los que partieron, gente que nos va a hacer falta, pero si, quizás ellos tenían sus tareas cumplidas y pueden pasar a otra dimensión.

Yo aún no estoy aun preparada para pasar de curso, tengo mucho que aprende y un nuevo don que conocer.

Una frase rebota en mi mente:

“Vive el presente, vívelo intensamente. Es el único instante que realmente importa; los que viven aferrados al pasado ya murieron y los que viven soñando con el futuro, aún no han nacido”.

En mi mente que viene a la mente la imagen del hombre que hizo suyas estas palabras. Quien tenía méritos de sobra para pasar de curso.