Una Niña - Los Paros

Mi hermana sigues siendo chiquita y no hace mucho, aun no cumple un año.

Ahora no puedo recorrer todo, muchos ojos me miran con esto de los paros, mi mamá pasa más en casa.

Para los que no saben los paros es cuando la gente algo no le gusta y no trabaja más, los profesores no van a los colegios y no hay clases. Los choferes no conducen y no hay buses.

Para ir a ver a mi hermano tuvimos que caminar mucho. No habian buses.

Algunos están contentos otros alegan y dicen que esto no puede seguir, cuando pregunto me dicen que son cosas de grandes.

Ni mi angelito me quiere decir, cuando le pregunto me dice que mejor me pongo mis alitas y juguemos.

Pero yo quiero saber, dicen que no hay abastecimiento, pero mi papá trajo muchas salchichas, ya se que abastecimiento signfica que no hay cosas, ahora casi todos los días comemos salchichas.

Para los demás hay que hacer colas y me imagino que la gente se debe aburrir, yo me aburro cuando acompaño a mi nana. Me siento en el suelo y después quedo toda sucia y me retan.

Igual andan todos muy raros, pero nadie me cuenta nada.

Eso es lo malo de ser chica, soy chica pero no soy tonta yo quiero saber.

Mi mamá dice que es difícil conseguir la leche especial que necesita mi hermana.

Cuando finjo ser una muñeca escucho pero no entiendo, hablan de abastecimiento, militares, comunistas.

¿que son los comunistas? pregunto y me mandaron a jugar a mi pieza, ¿serán todos iguales? y por eso tienen todo en común.

Mi ángel me dice que juguemos y trae una hadas para que sea más divertido

Papá Cuenta Otra Vez

Interprete: Isamel Serrano

Papá cuéntame otra vez ese cuento tan bonito
de gendarmes y fascistas, y estudiantes con flequillo,
y dulce guerrilla urbana en pantalones de campana,
y canciones de los Rolling, y niñas en minifalda.

Papá cuéntame otra vez todo lo que os divertisteis
estropeando la vejez a oxidados dictadores,
y cómo cantaste Al Vent y ocupasteis la Sorbona
en aquel mayo francés en los días de vino y rosas.

Papá cuéntame otra vez esa historia tan bonita
de aquel guerrillero loco que mataron en Bolivia,
y cuyo fusil ya nadie se atrevió a tomar de nuevo,
y como desde aquel día todo parece más feo.

Papá cuéntame otra vez que tras tanta barricada
y tras tanto puño en alto y tanta sangre derramada,
al final de la partida no pudisteis hacer nada,
y bajo los adoquines no había arena de playa.

Fue muy dura la derrota: todo lo que se soñaba
se pudrió en los rincones, se cubrió de telarañas,
y ya nadie canta Al Vent, ya no hay locos ya no hay parias,
pero tiene que llover aún sigue sucia la plaza.

Queda lejos aquel mayo, queda lejos Saint Denis,
que lejos queda Jean Paul Sartre, muy lejos aquel París,
sin embargo a veces pienso que al final todo dio igual:
las ostias siguen cayendo sobre quien habla de más.

Y siguen los mismos muertos podridos de crueldad.
Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.
Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.
Ahora mueren en Bosnia los que morían en Vietnam.