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viernes, 5 de abril de 2013

Los aromas del amor – Detención Domiciliaria


 
 
Siempre ame la libertad, en mi mundo no había limites, desde muy pequeña cerraba mis ojitos y me elevaba unos metros del suelo, cogida de las manos de las hadas recorría jardines y jugaba con mariposas.

Los duendes me llevaron a conocer su mundo mágico en los árboles y el subsuelo, conociendo la laboriosidad de las hormiguitas.
 
Nunca falto una hechicera que me llevara montada en su escoba a recorrer misteriosos caminos.


 
Ahora que mi centro de poder tiene fugas no puedo alejarme mucho, ni dar volteretas en mi escoba, no conocer nuevos mundos.
 
 

Las hadas están felices en su lugar, no necesitan viajar, no tienen esa ansia por el saber que inunda a una hechicera. No entienden el dolor de este confinamiento.

Casi parezco la tonta princesa que espera la rescaten. Siempre me rescate yo solita. Siempre .. hasta ahora que requiero a veces de un brazo en que apoyarme.
 

Miro a mi alrededor, rosas hermosas y perfumadas, amigas hadas de jardín me han regalado de muchos colores y me han animado a practicar mi magia en ellas.

Un generoso espíritu de los bosques del sur reparo mi vivienda, ¡que decir reparo! Transformo!!! , lo que era mi nido, mi centro de operaciones en un bello y cómodo lugar.
 

No han dejado de visitarme princesas, hadas, ardillitas, hechiceras, conejitos, gnomos y muchos más,  ofreciéndome su ayuda y retirándose con delicadeza cuando me veían empezar a languidecer pues mi cuerpo empezaba a desconectar.

¿Qué forcé mucho mi cuerpo? Tal vez, pero es mi naturaleza, no puedo ver una injusticia y pasar de largo, la guerrera que vive en mí se hace presente. Si alguien necesita ayuda mi hada madrina interna florece, mi guía es el amor, la verdad y la justicia, soy así y así me extinguiré.
 

Aun ahora, una antigua maestra a la que el proceso de cambio de mundo ha demorado, a veces el trance en lento y doloroso, requiere de mucha ayuda, paciencia y amor. Ya no podía seguir donde estaba, así que comparte mi hogar, amor para dar me sobra, y me alegra que las pocas energías que tengo sirvan para algo.


Una risueña hada golondrina se afana en ayudarme, sin entender mi actuar, pero entregando también su amor y cuidado a mi anciana maestra.

Al final del día mirando como el sol se esconde anaranjado en el horizonte, siento nostalgia. Nostalgia de otros atardeceres que se transformaban en amaneceres, de manos unidas, de miradas cruzadas. Con una sonrisa triste y apoyándome en la banca emprendo camino a mis aposentos, ignorando los dolores que como pinchazos recorren mi cuerpo.

¿Qué tengo que aprender? ¿Paciencia? ¿Renuncia? ¿Dependencia?
 

Extraño el taller, como disfrutaba creando pergaminos mágicos, pociones, actualizando antiguas recetas, como brillaban mis ojos de emoción al ver un trabajo terminado. Ahora recibo menos visitas del taller, están muy ocupados y ya no puedo hacer ni una poción.

Paso a ver a mi maestra que duerme plácidamente, acaricio sus canos y escasos cabellos, ¿me llevaras cuando partas? ¿nos iremos juntas a pasear?

No hay respuesta..
 

Hechi, vive sólo un día a la vez es el susurro que me trae el viento mientras se apaga mi última llamita de energía de hoy.



 

Decimos Adiós

Interprete: Miguel Bose y Penélope Cruz

 

El último, que apague la luz,
Que cierre la puerta despacio,
Que tire las llaves al fondo del mar.
Sé que echaré de menos tus palabras,
El húmedo veneno de tus labios.

Aceptaré que nada es para siempre,
Que lo siempre hicimos fue
Decirnos adiós.

Decirnos Adiós,
Volverlo todo negro,
Como la boca de un lobo,
Como la noche sin Luna.

Decirnos Adiós,
Volverlo todo negro,
Como la boca de un lobo,
Como la noche sin Luna.
Decirnos Adiós.

Envasaré mis besos al vacío,
Bailaré mi último tango, ya sin ti.
Lo que antes eran dulces gritos de ilusión,
Ahora son solo pasado, trozos de cartón.

Aceptaré que nada es para siempre,
Que lo siempre hicimos fue
Decirnos adiós.

Decirnos Adiós,
Volverlo todo negro,
Como la boca de un lobo,
Como la noche sin Luna.

Decirnos Adiós,
Volverlo todo negro,
Como la boca de un lobo,
Como la noche sin Luna.
Decirnos Adiós.

Pero cómo duele dejar de verte,
Respirar, vivir contigo en mente.
Con tu risa, tu verano y mi mala suerte,
Aceptare mi vida en esta mala muerte.

Decirnos Adiós,
Volverlo todo negro,
Como la boca de un lobo,
Como la noche sin Luna.

Decirnos Adiós,
Volverlo todo negro,
Como un pozo sin fondo,
Como la noche sin Luna,
Como la boca de un lobo,
Como la noche sin Luna.
Decirnos Adiós.